16 de marzo de 2009

Ciclo Humano

XVIII

LA PARTIDA DE

ELAL

Con todo esto, Elal se sentía solo y sin compañía por parte de los Chónek. Le pareció que estaba todo concluido.

Amargado por los desengaños sufridos, descendió de la cueva, reunió a sus fieles camaradas y por tres días y tres noches permaneció con ellos en tomo a las hogueras, adoctrinando a los Chónek antes de despedirse de ellos.clip_image001

Les prohibió que le rindieran homenajes. No debían tener altares ni ofrendarle sacrificios de ninguna especie; tampoco debían darse a la profecía ni a la adivinación. De la misma manera les pidió que mantuvieran las tradiciones y que las transmitieran a las nuevas generaciones de Chónek.

Culminada su tarea en la Patagonia, Elal decidió alejarse para siempre. Reunió a los Cisnes; se subió al lomo del más arrogante y en bandada rumorosa fue a través de los mares, hacia el Este, allá donde se une el mar con el cielo, descansando en islas que surgen de las olas alcanzadas por sus flechas invisibles.

En esas misteriosas islas, el héroe aguarda a sus queridos Chónek. Ahí los cazadores, frente a hogueras que arden sin necesidad de echarles leña, han de narrarle a él los episodios de sus propias empresas y proezas.

XIX

WENDEUNK

Cuando Elal se alejó de la Patagonia, quedó entre los grupos de cazadores un espíritu tutelar que los guiaba y vigilaba. De nombre Wendeunk, el espíritu bueno de la raza, algo así como el ángel guardián de los Chónek.

Los paisanos llamaban Wendeunk a una entidad espiritual totalmente opuesta a los malvados Máip y Kélenken, pues Wendeunk, sin ser visto, guiaba a los niños desde que nacían, hasta la muerte.

Wendeunk sclip_image003iempre estaba alerta para ayudar a los hombres a sortear los malos trances de la vida, pero los Chónek debían ayudarlo, ya que este genio bondadoso, por sí solo nada podía hacer contra los Malos Espíritus.

Wendeunk acompañaba a los muertos hasta el sitio donde los aguardaba Elal, y le contaba a este todo lo bueno y lo malo que el Chónek había hecho en su vida: si había cazado muchos Pumas, si había guerreado con valor, si había tenido hijos, y especialmente si había enseñado a sus descendientes las tradiciones y los hechos gloriosos que Elal realizó en la Patagonia.

Las aves, entregadas a sus tareas en las lagunas al atardecer, anunciaban a los Chónek la presencia de Wendeunk rondando los toldos. Los ancianos aprovechaban esta situación para cumplir con el mandato de Elal, y narraban a los pequeños las tradiciones de la raza, en tanto que los hombres se preparaban para una cacería nocturna de aves. Esto lo llevaban a cabo en las lagunas donde no estuviesen ni el Flamenco ni el Cisne. Los Patos y Cauquenes eran amigos de las aves sagradas, y matarlas en presencia de ellas les traía mala suerte.

Los Chónek se retiraban a los toldos cuando las ráfagas de viento apagaban las antorchas de cacería. Creían que el espíritu bondadoso les negaba su protección; y que entonces, Máip aprovecharía para correrlos.

XX

KÉLENKEN

y AXSHEM

Dos de los más siniestros espíritus de la Oscuridad eran Kélenken y Axshem.

El pueblo Chónek era mortificado por Kélenken. Apenas nacía una criatura, ya trataba de hechizarla. En los partos difíciles se le aparecía a las madres para beberse sus lágrimas. La mayoría de los dolores losclip_image005 generaba Kélenken, especialmente las enfermedades que causaban fiebre y delirios. Si eso ocurría, seguro que momentos antes alguien de la toldería aseguraba haberlo visto riendo, mientras agitaba sus alas.

Se trataba de un gigantesco Chimango negro. El rostro era humano, pero provisto de pico en vez de nariz y boca. Sólo los brujos tenían la capacidad de ahuyentarlo mediante sus extraños exorcismos.

También estaba Axshem. A él se le atribuían desde los dolores agudos, hasta el cansancio. Solía introducirse en el cuerpo de los animales.

Los efectos de una rodada, de un golpe, una quemadura infectada, una espina fieramente clavada en la piel, siempre eran atribuidos al perverso Axshem. Había sólo una señal que indicaba cuándo iba a enviarles alguna calamidad, esta era: abandonar la fuente de Kooing, lugar donde vivía rodeado de emanaciones sulfurosas pestilentes.

Los más valerosos, cuando creían que Axshem estaba por salir de la fuente –en virtud del ruido que hacían las burbujas al estallar sobre el agua-, le arrojaban piedras, flechas y elementos agudos, con el propósito de atemorizarlo.

 

XXI

SETKRE

clip_image007Cuando Wendeunk acompañaba a los Chónek más allá del océano, estos se quedaban a vivir con Elal. Las estrellas -Setkre- son la representación de los muertos que obtenían permiso de Elal para permanecer en el espacio con templando a sus parientes. Estando allí arriba, no sufrían dolores ni sentían fatiga.

Cuentan los ancianos, que las constelaciones australes en el cielo eran montones de plumas de Choique o Ñandú que iba dejando un cazador poco experto, al cual se le escapaba el Ñandú que huía saltando en una sola pata, pues la otra estaba un poco más allá. Señalando el cielo, indicaban la Cruz del Sur.

2 comentarios:

  1. necistamos informacion que profundice mas la hstoria, muy buenas leyendas !

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  2. Es impresionante este trabajo. Excelentemente relatado,felicitaciones :)

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